En octubre de 2017, el puerto de Binhai, a 60 kilómetros de Tianjin, inauguró una biblioteca diseñada por un estudio arquitectónico holandés. En realidad era una especie de zona de descanso dentro de un centro comercial situado donde Napoleón perdió el gorro, y muchos de los libros de sus estantes ni siquiera eran reales sino que estaban pintados en la pared, pero las fotos del lugar se hicieron virales en internet, dentro y fuera de China, y el lugar se puso de moda en cuestión de semanas.
Fue un ascenso al olimpo de la fama espectacular. Televisiones de todo el mundo, incluyendo españolas como TVE o Antena 3, fueron a grabar imágenes de ella para sus reportajes. La biblioteca de Binhai, pese a su difícil acceso (el metro más cercano está a unos 45 minutos andando) se convirtió en lugar obligatorio de visita para los turistas en Pekín, y la gente se reservaba un día para visitarla como si de la Muralla China se tratara. Quién lo hubiera dicho de un sitio que dos años antes había sido presentado poco menos que como el Chernóbil chino (de forma un tanto exagerada, a mi entender).
Esa biblioteca, que yo visité en los últimos días de mi estancia en China y tengo que admitiros que me pareció uno de los sitios más sobrevalorados del mundo, es quizá el mejor ejemplo en el país del famoso «efecto Guggengheim», ése que consiste en poner en el mapa turístico global una ciudad que hasta entonces era ignorada gracias a un nuevo edificio o monumento, en general modernillo y calatravesco. A Binhai en realidad ni siquiera le hizo falta eso, sólo decorar de forma espectacular un espacio dentro de un edificio, lo cual sorprendió a todos, seguramente también a ellos mismos.
Como en su día ocurrió en la España precrisis, muchas ciudades chinas intentaron imitar este efecto Guggenheim (aunque en el resto del mundo lo llaman «efecto Bilbao»), y seguramente tuvieron más éxito que en las urbes españolas, porque el turismo interno chino es muy potente y fácil de atraer con el truco de «vente aquí para hacerte una foto espectacular, aunque haya poco más que hacer». Pocas han conseguido la atracción internacional de Binhai, pero muchas más lo seguirán intentando.
Os muestro algunos ejemplos, pero si sabéis alguno más me lo podéis decir en los comentarios o en las redes sociales (no valen sitios de ciudades ya antes famosas para el turismo como Pekín, Shanghai o Cantón, aunque también tengan muchos ejemplos de obras erigidas por arquitectos estrella).





Lo de la biblioteca cerca de Tianjin es digno de ver. En medio de un centro comercial como otros tantos (eso sí, grandísimo) pero mereció la pena. Como muy bien dices, tienen sus razones para construir este tipo d edificios, pero es de los pocos países,si no el único, que está haciendo una arquitectura tan innovadora en tantos sitios (en Beijing el Soho 1 que se parece al de Guangxi, y mira que ya tiene unos años, es precioso, de día y de noche). Yo, que viví en Xuzhou, el auditorio junto al lago es precioso, y acaban de inaugurar unos edificios ( centros comerciales y hoteles) increíbles.
En mi universidad había un profesor arquitecto que además de clases estaba involucrado en varias construcciones y no dejaba de asombrarse de todos los proyectos, buenos, que tenían en mente.
Incluyo Xuzhou y su nuevo auditorio en la colección… ¡gracias por colaborar! A ver si alguno más se anima…
Una corrección q Huzhou es de la Provincia de Zhejiang
Ups, pues gracias por la corrección, ahora mismo lo cambio. Debí confundirme porque está a orillas del lago Taihu, y conocía sobre todo de ese lago ciudades como Wuxi y Suzhou, que sí están en Jiangsu. No caí en que el lago hace frontera entre ambas provincias.