En el penúltimo post, aquel en el que hablé de Kansas City, comenté que al ver en esa ciudad una copia de la Giralda de Sevilla me sentí como en «casa», es decir, como en China.
Si alguno no ha estado en China, quizá no entienda a lo que me refiero, así que, como muestra, varios botones:









El afán de los chinos por la copia de monumentos ha inspirado libros enteros, como éste que he encontrado mientras me documentaba para este post. No lo he leído ni hojeado, pero tiene buena pinta y promete unas fotos muy cachondas.
Muchas de estas copias están en zonas residenciales de estilo europeo para los nuevos ricos chinos que quieren vivir como en Versalles, Roma o un pueblecito escandinavo de ensueño pero sin alejarse mucho de su tierra querida. En este artículo tenéis más ejemplos de este tipo de promociones inmobiliarias.
En otras ocasiones, sin embargo, se erigen en parques temáticos dedicados a famosos lugares de todo el mundo, muchos de ellos construidos en los años 80 y 90, cuando China se abría lentamente tras décadas de cerrazón, los chinos comenzaban a interesarse por el mundo, pero aún había poco dinero para viajar al exterior, y estaba por llegar el internet para navegar por donde fuera. Esos parques han perdido su antiguo esplendor, pero aún están abiertos y reciben turistas, incluido uno que tenemos en Pekín y que hace tiempo quiero visitar.
En uno de esos parques ocurre una de las más famosas películas del gran director chino Jia Zhangke, que lleva el sarcástico título de «El mundo».
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